domingo, 9 de enero de 2011

La mirada es importante pero lo es más el razonamiento que otorgamos a las cosas


“Muchas veces habrás visto un gato sin sonrisa, pero nunca una sonrisa sin gato”

¡Qué gran frase! Y... ¡cuánta certeza puedo adivinar en sus múltiples significados…! Quizá lo primero que veáis es la típica frase que pone una cría en su estado de Facebook; tal vez para caer en gracia, tal vez para llamar la atención… Sin embargo yo, puedo leer entre líneas y deciros que no todo es como la apariencia indica y vosotros a ciegas creéis…

Para mí esta frase tiene infinidad de significados, todo depende del grado al que quieras adentrarte, guiándote por la belleza y elegancia con que han sido juntadas estas hermosas palabras que por desgracia al separarlas, no harían el mismo efecto. Para explicar los distintos significados, he creído oportuno diferenciarlo en grados; grados de inmersión en la frase.

En el primer grado puedo ver a simple vista la frase de una historia llena de imaginación, supongo que os podéis ir haciendo una pequeña idea… Sí, seguro que habéis acertado porque es Alicia en el País de las Maravillas. Y os diré más: admiro esta creación, aunque no más que otras cientos de miles que vagan por el mundo. Me refiero a cosas, todo lo que se encuentra por ahí flotando en la inmensidad monótona del mundo sin que nadie le dedique un minuto de su tiempo en profundizar; sin ir más allá de lo que nosotros hemos hecho un todo, sin descifrar cada palabra o cada acento puesto en su correcto sitio, ni siquiera se paran a escuchar el eco de sus significados y sus raíces.

Como os decía, esta obra emana por sí sola imaginación y sueños en estado puro… ¡Ay, la imaginación! Y no, no me refiero a ideas locas que un grupo de chavales inventen en estado ebrio o a los millones de inventos que sacan al mercado sin utilidad o necesidad alguna. Me refiero a esa imaginación que nos acompaña cada hora, cada minuto, cada segundo... para coger las riendas de la vida con las dos manos, o para el simple hecho de soñar despiertos. Me refiero a esa imaginación que tanto escasea hoy en día en vuestras cabezas.

Con esto último, tampoco quiero decir que soñar implique pensarse a uno mismo metido en una casa de tres plantas, con un Audi A5 aparcado en el garaje y sentado en una tumbona pensando en la forma más óptima de gastar más tarde todo el dinero, ¡no! Me refiero a soñar despiertos en nada en particular pero que a la vez acabemos soñando en todo, a soñar y recapacitar en el rumbo de nuestras vidas, mucho más allá del afán material. Es como cuando observas detenidamente algo que te llama la atención de forma especial, algo creado de forma natural que te parece extremadamente bello y por más que quieras no puedes quitarlo de tu cabeza, es algo que te absorbe; puede ser una simple hoja, una flor, el sonido del agua al caer contra las rocas, el olor por la mañana a hierba cortada, el canto de un grillo en una noche de verano, o los simples reflejos que se forman en la carretera cuando hace mucho calor…

Por eso admiro la historia de Alicia, por la magnitud de cosas impensables que van surgiendo a lo largo del camino, la infinidad de veces que me he imaginado ahí, tomando el té con la liebre y el sombrerero loco (que puede estar loco para el mundo pero todo es posible dependiendo del punto de vista desde donde se mire), escuchando esas charlas filosóficas con el ciempiés fumando hasta que el sol despuntara en el horizonte o intentando comprender ese despotismo y frialdad que caracteriza a los reyes en general y a la Reina de Corazones en particular... Y cómo iba a faltar haber soñado alguna vez en comerme una galleta para volverme diminuta y esconderme en el lugar más lóbrego y hondo de la Tierra o al contrario, volverme gigante centrándome sólo en tener la cabeza en las nubes sin importarme lo más mínimo lo que pase bajo mis pies, o reírme a carcajadas con el gato Cheshire hasta dolerme la barriga.

En el segundo grado, damos un paso más, no tiene por que ser un paso al frente, hacia cualquier lado está bien. Sólo depende de la significación que tú mismo le des, hacia atrás no siempre ha de ser peor, muchas veces la gente debería ir un paso atrás para recordar esos pequeños momentos que les hacían vibrar o para acordarse de esa persona que sacaba lo mejor de ellos y que a día de hoy, se tratan como completos desconocidos.

Por tanto, adentrándome un poco más en la frase puedo contaros que me apasionan los gatos. Siempre he creído que acabaría como esas personas de avanzada edad, gastando todo lo que la pensión les da en pienso para gatos. Y no creo que sea una coincidencia la similitud que existe entre pensión y pienso, aunque también podría hablaros de esa parte del lenguaje que tanto me fascina como es el pasado de la palabra, su raíz, de dónde viene y cómo ha llegado aquí; cómo palabras como ‘pienso’ de pensar y ‘pienso’ de comida han resultado la misma forma de expresarlo, pero... me extendería demasiado y tampoco es lo que he venido a mostraros hoy precisamente.

Siguiendo con la idea de mi amor incondicional por los gatos, no puedo más que decir que es así y punto, que no sé explicar si es por esa belleza atigrada, esa elegancia, esa forma de mirar tan altiva que tienen como haciéndote ver que le importas tres cominos, esa sutileza al caminar o esa primera impresión cuando entra en contacto la lija que tiene por lengua con tu piel que, hace que me enamore perdidamente de toda su especie.

Por tanto, ya podéis haceros una idea de que en este grado la significación que le doy a la frase es que no hay sonrisa sin gato, ni podría haberla de no ser que cada día al abrir la puerta de mi casa, él me reciba y así acabe abriendo también la puerta de mi corazón.

En el tercer grado, os voy a hablar de lo obvio, lo común y lo extraño o imposible. La primera parte de la frase hace referencia a lo obvio y común, a lo que todo ser humano dirige su mirada, es decir, es común ver a un gato sin sonrisa, o al menos con la sonrisa que nosotros conocemos.

Pues, os invito a que deis un paso más, acabad la frase, dejaos llevar por la segunda parte que habla de la sonrisa sin gato; eso es lo increíble, es lo que nuestra mente nos dice que por sentido común no existe, y si en algún momento de nuestra vida tenemos la suerte de presenciar eso que no debe existir para nuestro cerebro, sería triste y muy difícil de perdonar para la experiencia que lo paséis por alto. Así que no os dejéis engañar y regular por las órdenes de vuestro cerebro. No estáis locos, mirad y contemplad las veces que haga falta hasta que vuestra cabeza se rinda ante la rareza tan real que tenéis delante.

Por eso siempre hemos de observar y mirar dos veces las cosas, hemos de contar que la primera siempre o casi siempre es errónea, hemos de dar oportunidades y cuando digo esto, no sólo os quiero incitar a que lo hagáis con objetos o situaciones sino sobretodo con las personas, porque eso es lo que somos y eso es lo que solemos hacer.

Por último, os voy a dar la oportunidad de que os adentréis conmigo en el cuarto grado, es el que toca la parte más sensible del ser humano, esa que a veces nos cuesta tanto mostrar, esa que por pereza es más fácil cerrar y olvidar y sobretodo, esa que más me ha inspirado a mí para escribir esto. Si alguno tiene dudas en seguir leyendo por miedo a tocar alguna fibra sensible, esas que tan poco nos gusta que nos hieran, si es así… coged mi mano lo más fuerte que podáis y, simple y llanamente dejaos llevar.

En este grado, la frase remueve mi conciencia con una brusquedad insólita que ha hecho levantarme de la cama, coger papel i lápiz y no parar de escribir hasta llegar a este punto, sin importarme que sean las cuatro y media de la madrugada de un miércoles. O podría decir jueves, a la víspera de fin de año. Un año que me gustaría acabarlo recorriendo todos esos estados en los que me he tenido que encontrar día tras día de este diferente, por llamarlo de algún modo, 2010.

Aquí os quiero enseñar un poco más de mí, haciendo hincapié en el mejor de los sentidos que he podido darle a esta maravillosa frase que ha hecho volar mi imaginación, esa de la que os hablaba antes, pero sobretodo INSPIRACIÓN, con mayúsculas, porque debo confesar que no es algo que suela hacer y por ese motivo me gusta. Es algo extraño que me he encontrado y he tenido que leer varias veces, como también os comentaba antes, para no quedarme con lo obvio y pensar en la gracia de la frase resultado del gato Cheshire de Alicia en el País de las maravillas.

Pues bien, el sentido más precioso que he encontrado lo podréis ver, si hacéis un pequeño cambio y substituimos en la frase la palabra ‘gato’ por la palabra ‘persona’. Sí soy humana, y como nos gusta ponerle nombre, cara, ojos y boca a todo lo que se nos pone delante… yo no iba a ser menos. Por tanto quedaría así…

“Muchas veces habrás visto una persona sin sonrisa, pero nunca una sonrisa sin persona.”

Todos hemos visto a personas sin sonrisa, es bastante común verlas, están por todo el globo terráqueo; apagados, sin luz, hasta hay alguno con un tono amarillento como esas fotos antiguas color sepia con un dedo de polvo olvidadas allá en algún desván. Hasta aquí bien, si aquí alguien se pierde porque no entiende el amarillo en una sonrisa, podéis mirar algún documental sobre África y las desgracias que le caracterizan, cosa totalmente de agradecer a sus respectivos gobiernos.

Y ahora llega el momento esperado, la segunda parte de la frase, mirad con atención y acordaos de lo que os he dicho sobre las primeras impresiones, ¿qué os sugiere?

Voy a daros una ayudita para los que la inspiración no les acompaña. Cuando leéis que no habéis visto una sonrisa sin persona, no caigáis en la trampa, no os imaginéis a una boca sin cabeza, piernas, brazos, ojos, nariz, corazón… no estoy hablando de eso tan obvio y de carne y hueso, sino de la idea de pensar que una sonrisa no puede existir sin una persona completa. Es decir para que una persona sonría, al menos de manera real y verdadera, ha de sentirse completa, ha de estar bien, sentir que todo funciona, sentir ese apoyo que brinda la gente cuando más lo necesitas, sentir protección, saber que te quieren, que están dispuestos a apostar por ti y defenderte con uñas y dientes, saber que no queda nada pendiente olvidado, saber lo que uno quiere. Pero sobretodo, una persona que tenga encefalograma plano, pediría que solamente la sonrisa tuviera poder para distorsionarlo, porque una sonrisa verdadera es lo más bonito que una persona puede regalar… Y amigos, debo deciros que… ¡ES GRATIS! Y que por otra parte lo que no ayuda a completar una persona es sentir incomodidad, vivir en la espera, la ignorancia o la incertidumbre, sentir que has hecho mal las cosas, sentir nostalgia aguda de tiempos anteriores…

Por tanto, sólo deciros a todos que lo siento si mis sonrisas no siempre fueron del todo verdaderas y reales. Supongo que éste no ha sido mi año y sólo intentaba sentirme un poco mejor. Dicho esto, bienvenido 2011 sólo el paso de tus días saben lo que me depara y yo, voy fluyendo a través d ellos…

Firmado: Una soñadora con insomnio

Nayo Carreño Cano

Aclaración: No necesito poner mi nombre real porque no lo considero importante, al contrario me pasa con los apellidos que los considero un aspecto vital de este escrito, ya que me recuerdan a mi familia, a los que quiero y adoro por encima de cualquier cosa

Por cierto, os deseo a todos un feliz 2011 y os invito a que observéis las cosas desde otro punto de vista más aéreo, externo y racional. Porque os merecéis ver las cosas de la mejor manera posbile, os debéis haceros el bien.

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