martes, 11 de octubre de 2011

...para alguien muy especial...


Abre los ojos, fíjate bien, dibuja cada movimiento en el aire, recuerda todo lo que deseas, imagina el mundo perfecto, empápate de ello, describe tus ilusiones, todo lo que te hace vibrar, sentir, vivir,… eso que te da fuerzas y que te llena por dentro, ¿no son todo eso sueños que vas acumulando?

Pequeños empujones que te hacen superar todo lo que el viento se empeña en poner en tu contra, sentimientos que se desvanecen entre tus dedos o por el contrario, que florecen más allá de lo esperado.

Con esto queremos decirte, que somos capaces de mover cielo y tierra mientras tú te vas haciendo mayor, sonriendo en cada paso que des para conseguir tus sueños más deseados. ¿No es esta la vida de la que todos hablan? A veces, no te das cuenta y te despiertas con los ojos morados, hinchados,… te miras al espejo, intentas disimularlo pero por mucho que lo intentes, no puedes. Forman parte de ti, son tus sueños incompletos. Cuanto más hinchados y morados más son los sueños, más metas que están por alcanzar. Estos son los pequeños detalles en que los amigos se fijan, y que a simple vista sabemos descifrar. Lucharemos cada día o simplemente una mañana como ésta, para que cuando abras esos ojitos y notes que te pesen, hacerlos más ligeros y ayudarte allí donde quieras llegar, pero sobretodo tendrás a tus amigos aquí delante para decirte: ¡Sonríe, nunca has estado tan radiante!

Trataremos en todo momento de hacerte sentir especial y querida, intentaremos sacarte sonrisas aunque el mundo y la cotidianeidad de la vida no nos lo pongan fácil, porque eso es lo que hacen los amigos de verdad, tratar de hacerte olvidar lo malo y reunir todo lo bueno juntando las dos manos, para que puedas disfrutarlo todo el tiempo que quieras. Esto es lo que haces tú, nos haces sentir bien, nos haces reír, nos animas, sabes nuestras debilidades como también nuestras fortalezas, notas cuando algo no va bien aunque nos esforcemos por sonreír, sabes lo que necesitamos en cada momento y como consolarnos. Así que no nos dejes nunca, te queremos cerca, acompáñanos durante nuestro viaje y no nos olvides nunca. Porque nosotros nunca lo haremos.

Y cuando seas mayor y llegue un día, que traiga consigo esas casualidades de la vida, encontrarás olvidada esta carta en algún cajón cerrado y la releerás. Entonces, volverás a revivir todo esto, se te dibujará media sonrisa en la cara al recordar todos esos momentos vividos, esas sensaciones, esos sentimientos,…pero de repente te caerán como por arte de magia un seguido de lágrimas por sentir nostalgia aguda de tiempos anteriores. Justo en ese momento, puedes sentirte satisfecha, tu vida no habrá sido en vano, habrás hecho feliz a todas estas personitas, que te guardan un trocito de su corazón solo para ti.

Y aunque todo esto, sean simples palabras, sabemos muy bien, que las que salen de la boca, no pasan de los oídos, pero las palabras que salen del corazón, llegan al corazón.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Se aproximan nubarrones...


Aquí estoy. Así soy ¿Me ves realmente?

Yo, acostumbrada a mantas de algodón, tintineos constantes en mis retinas, los primeros rayos de sol despuntando en el horizonte que me acariciaban las mejillas, la brisa suave del atardecer, las refrescantes gotitas de lluvia resbalando por mi piel,.. .tantas mentiras. Malas costumbres.

Así vivía antes, en un mundo irreal, cerca de las nubes y pendiente del alba, casi podía tocar las nubes con la punta de los dedos y casi podía oler el perfume que desprenden. Un perfume diferente a los otros, dulzón al principio mezclado con buenas sensaciones y una pizca de ganas de vivir. El sol era increíble, me retozaba tan cerca que casi podía quemarme y no me importaba. Por el contrario, cuando debía irse, notaba como todo en mí ardía, ardía en deseos y esperanza de volver a encontrarlo la mañana siguiente, arropándome con toda su magia. Ahí me encontraba.

Cierto día, sin comerlo ni beberlo, el sol que yo tanto veneraba, decidió que debía volver al lugar donde pertenecía. Tenía miedo de que me quemara por su culpa e inventó una excusa para convencerme. No me convenció, pero tampoco me dio elección. Todo seguiría siendo igual, salvo que dejaría de sentirlo tan cerca. Y así, conformarme con el leve cosquilleo de sus rallos filtrados.

Cuando recuerdo todo aquello, se me encoge el corazón. ¿Por qué tuve que volver aquí abajo? ¿Por qué me devolvió? Aquí, la vida es muy diferente. Ahora camino con la cabeza gacha mirando las miles de piedras que se me cruzan en el camino. Al principio, tropezaba con todas, poco a poco he ido aprendiendo a caminar para acabar esquivándolas o incluso saltándolas. Ya no caigo porque he decidido cambiar de camino, uno más llano, sin piedras, sin atajos, simplemente uno para vagabundear. A veces, aún levanto la cabeza parar ver si diviso al sol. Cuando no lo veo, mi camino sigue sin estremecerse, sin cambios, liso. Pero cuando lo veo, el dolor que me causa es tan grande, que por un momento dejo de ver todo a mi alrededor.

El pecho parece que me va a estallar, las cuencas se me llenan de lágrimas; lágrimas con rastro agrio que se llevan consigo capas de piel, dolores internos que me arrebatan las pocas ganas que sobreviven en mi, traqueteos de cabeza y demasiado esfuerzo. Eso hace que me levante con cara de no acordarme de los sueños, que brotaban con tanta fuerza hace unas horas, o tan siquiera con cara de no soñar, de haber dejado esa tarea para más tarde. Ahora sólo me queda sentir como se cuela la tierra entre los dedos de mis pies. Avanzo sin rumbo por los caminos tantas veces recorridos, mientras el sol se esconde, lleno de culpa, por dejarme a merced del azar.

...Está oscureciendo, se aproximan nubarrones, y parece que va a llover. Es tarde para arrepentirse...


lunes, 8 de agosto de 2011

El amor es cosa de… animales

El amor nos coge de sopetón, recordándonos lo cerca que estamos de otros animales de los que nos creemos muy superiores…Pero si te enamoras te das cuenta del estrecho lazo que nos une. Empieza con un leve tintineo en tus retinas, pero rápido se convierte en una metamorfosis que casi podría definir como mágica y a la vez, trágica. Así que me dispongo a darte estos 10 consejos que he ido aprendiendo con el paso del tiempo y gracias a la experiencia. Porque más vale el remedio que la enfermedad.

1- Si empiezas a escuchar que algo trina en tu cabeza, no para de dar vueltas y eso te provoca sensación de mareo, no lo dudes empiezas a tener pájaros en la cabeza. De manera que intenta espantarlos, ponte cualquier objeto a modo de espantapájaros, como un CD colgando o fabrica una cabeza hecha de paja para confundirlos. Si por alguna razón de la madre naturaleza estos trucos no te han servido, no desesperes, podría ser simplemente una migraña camuflada en forma de síntoma primerizo amoroso. Sí es así, ponte una toallita húmeda en la cabeza, enciérrate en tu cuarto apaga la luz y descansa.

2- Si seguidamente empiezas con dolores de barriga, falta de apetito que te provoca una sensación de plenitud aunque lleves ayunando tres días seguidos y visitas el lavabo más de lo habitual, no lo dudes es debido a que tienes mariposas en el estómago. Esos bichos no pararan de revolotear a sus anchas por tus adentros, así que si quieres acabar con ellas antes de que hagan capullos con huevos, no te engañes y recorras al recurso fàcil de intentar ahogarlas con alcohol, son muy listas y han aprendido a ahorrarse la pasta del botellón bebiendo a tu costa. Yo tengo un remedio infalible, prepárate un brebaje con todo aquello que odias, si contiene un poco de tus últimas defecaciones, ¡mejor que mejor! Te costará mucho beberlo al principio, pero te doy un consejo, no te sentirás tan mal como si no te lo bebes y dejas que esos bichos hagan de las suyas. Seguidamente notarás un malestar sin importancia y empezarás a vomitarlo todo, cuando digo todo es TODO, mariposas, capullos y huevos incluidos. Si por cualquier otra oscura razón mi truco no te ha surgido efecto, no desesperes, podría ser una gastroenteritis mal curada. Si es así, tomate Primperan para frenar el vomito, bebe coca cola, come arroz blanco y descansa.

3- Si aún así, empiezas a sentir un cosquilleo exagerado en los pies como si de un batallón de gusanos se tratase, que te deja paralizada cada vez que piensas o ves a la persona en concreto, no lo dudes son el tercer síntoma amoroso más notado. Si quieres acabar con esos pequeños gusanos que no dejan de magrearte los pies, sin pensarlo dos veces échate After bite, matarratas y polvos de talco para ahogarlos, quién sabe también podrían llegar a convertirse en capullos y más tarde en mariposas que irían a parar a tu estómago. Seguramente será donde se empieza a fabricar el enamoramiento; empieza en los pies con los gusanos, se transforman en capullo, salen mariposas que van directas a tu estómago y más tarde rondarían pájaros por tu cabeza con afán de comérselas. Tiene su lógica. Si todo eso que te has echado no ha funcionado, no te preocupes, quizá solo se te han dormido las piernas de estar en una mala posición, así que échate agua fría y hazte una cruz con saliva hasta que se te pase y puedas andar con normalidad.

4- Si a parte de andar como Quasimodo sin dejar de pelearte con los malditos bichos, empiezas a notar tus manos tan sudorosas que temes porque desaparezcan tus huellas digitales, cada vez que ves a la persona o tienes que rozar/tocar su mano, no hay duda te encuentras frente a otro síntoma de enamoramiento. Si esto te pasa en todo el cuerpo, nos encontramos frente al síntoma del sudor de la cerda. Es bastante peligroso, porque puede desencadenar un mal olor que puede hacerte perder los papeles en más de una situación. Así que actúa rápidamente, mete las manos en barro o por el contrario si te pasa en todo el cuerpo, rebózate en él tal y como haría un buen cerdo. Si con este viejo truco sigues sudando, no desesperes, cerciórate de que es verano y haga calor si ocurre tal cosa, entonces pégate una ducha, relájate y ponte el aire acondicionado.

5- Si a más a más, empiezas a notar tu sentido del olfato muy desarrollado y todo te huele mal menos cuando notas su olor a veinte metros de ti, no lo dudes te encuentras en el quinto síntoma, la perra en celo. Si quieres acabar con esto cuanto antes, ponte rápidamente una mascarilla, si no tienes, pídesela a algún amigo chino que tengas, ellos son expertos en la cura de esta enfermedad y siempre tienen alguna a mano. Si ves que no funciona, no desesperes, mira a tu alrededor, puede ser que estés cerca de algún contenedor de materia orgánica, así que aléjate cuanto antes si no quieres acabar descomponiendo tu barriga otra vez.

6- Si empiezas a escuchar un zumbido en tus oídos cada vez que alguien te habla, menos cuando te habla él, estás ante el sexto síntoma el de la abeja reina. Sus palabras y su voz funcionan como miel para esas abejas, así que si no quieres acabar aislado del mundo hazme caso. Ponte una malla en la cabeza a modo de apicultor para protegerte de ellas, porque salir corriendo de ti misma no es una opción. Si de todas formas no funciona, no desesperes, quizá tengas un tapón en el oído. Si es así, ves cuanto antes a un otorino para que te lo saque o aplícate un chorro de agua hirviendo en el oído con una jeringuilla.

7- Si siguen todos esos síntomas y a más lo combinas desvelándote a altas horas de la madrugada, o peor aun tienes insomnio por estar pensando en él y en cursiladas varias, estás frente al séptimo síntoma más común entre la población adolescente, el del búho noctámbulo. Si no quieres acabar pisándote las ojeras, hazte un lavado de cerebro para borrar su imagen y todos los pensamientos almacenados sobre él. Si aún así no funciona, quizá tengas una época un tanto movida que te hace estar nerviosa, tómate un somnífero y pide a alguien que te tape la boca con un pañuelo untado en cloroformo (si no encuentras a nadie, póntelo de perfume).

8- Si últimamente solo te entran ganas de comer dulce y hasta los mosquitos lo han notado que no paran de picarte, estás frente al síntoma del oso amoroso. Haz algo rápido porque puedes llegar a ser tan pastelosa hablando que quien te escuche sentirá pesadez. El remedio que te propongo es este; coge un puñado de sal generoso y métetelo en la boca, así sucesivamente hasta que tu organismo se reorganice. Si esto no te funciona mira el calendario, quizá se debe a que se acerca tu periodo menstrual, prepárate un paquete de compresas y ponte en posición fetal cuando haga falta.

9- Si últimamente no dejas de mirarte al espejo, te arreglas demasiado y no puedes bajar a por el pan ni en chándal y moño por si te ve, estás frente al noveno síntoma, el de la ratita presumida. Así que si no quieres parecer una vanidosa, consumista-compulsiva, víctima de la moda que ha perdido su personalidad, rápido, ves a casa de tu abuela y róbale la ropa más fea que veas, no te olvides de las bragas de cuello alto. Póntelo inmediatamente y oblígate a pasear durante dos horas por todo el pueblo. Si esto no funciona, quizá tengas una época baja de ánimos y simplemente necesites verte guapa, si es así recuerda cuántos años tienes y déjate de tonterías.

10- Si a pesar de todo, aún notas que estarías besándolo 25 horas al día y no te despegarías de él ni cagando, estás en el último síntoma, el de la lapa. Así que si no quieres que te aborrezcan y te manden a barrer el desierto, compra dos polos iguales de un imán enorme, engánchale una parte a él y otra a ti, verás cómo se repelen. Si esto no funciona, debe ser…porque es demasiado tarde y estás en el punto crítico de la enfermedad del amor.

Te he dado muchos consejos y ya no hay nada que hacer, es demasiado tarde. El amor cuando te atrapa por completo es difícil librarse. Es la enfermedad más fuerte que conozco, nadie puede hacer nada contra eso, ni siquiera tú misma. Primero te entrará por los ojos y recorrerá tu cuerpo con una rapidez desorbitada, así poco a poco se irá acercando a tu corazón, rodeándolo por todas partes sin dejarle escapatoria. El pobre corazón se verá desamparado y sin salida, así que se entregará por completo a ese amor que te corroe. Si es benigno todo irá bien, en cambio si es maligno destrozará cada parte de ti en mil pedacitos, sobretodo el corazón que será la parte más afectada. Ni eso servirá para curarse, pero cuenta la leyenda que el tiempo es el único factor que tiene poder sobre el amor, y también dicen que ha llegado a sanar miles de corazones rotos.

Mientras tanto yo iría practicando alguno de mis remedios caseros, si no quieres llegar a parecer una cerda presumida en forma de lapa con gusanos en los pies, ojeras quilométricas, mariposas en el estómago, pájaros en la cabeza, abejas en los oídos, que come pasteles a cascoporro y está en celo.

Espero que mis consejos te hayan servido, yo ahora me voy a intentar dormir que son las cinco de la mañana aunque no sin antes; comerme un plato de arroz hervido, mojarme la frente con una toallita mojada, hacerme cruces en las piernas, pegarme una ducha de agua caliente, comerme un donut, echarme eau de cloroform, y ¡joder! que tengo 23 años.