lunes, 10 de enero de 2011

El colmo de la utopia

Queridos Reyes Magos,

llevo desde que perdí la ilusión por vosotros y vuestras fiestas consumistas sin escribir una carta (que nunca llegará, como todas las demás...). Sin embargo me encanta la ironía y he decidido escribiros pidiéndoos algo que se que no podréis traer como tampoco el coche, la casa en la playa o una vida feliz que os pedí. Aunque siendo sincera, tampoco me trajisteis aquella mierda de muñeca que sí podíais pagar.

Pues este año nada más ni nada menos voy a pediros que mejoréis al ser humano al completo, empezando por su cuerpo, siguiendo con su mente y terminando por su alma; si es que tiene, si no es así dótalo de ella. Ya todos nos hemos dado cuenta que están hechos como para dar el pego y tiene más defectos y fallos de los que parece.

Para empezar,…

En cuanto a cuerpo:

Me gustaría que tuviera más ojos, creo que con solamente dos no alcanza a captar todo, se le escapan los detalles, sobre todo los más importantes. Lo mismo pido con las orejas, necesita como mínimo una docena más y enfocadas hacia fuera, está claro que escucharse a uno mismo es importante pero estaría bien que contara con su alrededor más a menudo.

Me gustaría también que el corazón ocupara la gran parte del pecho, porque hay algunos humanos en los que debes rebuscar en lo más profundo de ellos, para por fin encontrar un músculo que simplemente se dedique a bombear sangre.

Me gustaría también que tuvieran la boca pequeña y puede que algunos llegaran a prescindir de ella. Porque hablar es muy fácil, no necesitas saber escribir o leer. Cualquiera nace con esa destreza, lo que creo que algunos la desarrollan más de la cuenta y sobre todo, de mala manera. Muchos hablan sin después ser consecuentes con lo que dicen, así acaban todas esas palabras, confundiéndose entre las motas de polvo que forman el aire. Lo que la mayoría de veces cuentan son los hechos y para esos, no hacen falta las palabras. Hablan por sí solos.

Me gustaría también, que a los próximos humanos les acortéis un poquitín la lengua. Algunos la tienen muy larga.

Me gustaría que tuviera más manos para poder ayudar a los demás, porque siempre acaba juntándolas para sí, haciendo ademán para lavárselas. También pediría que se acortaran las manos, algunos también las tienen muy largas. En cambio, con las piernas creo que han acertado solo que no debería haberse erguido como explican en su evolución. A cuatro patas estaba bien, o al menos no tropezaba constantemente con las piedras del camino.

Me gustaría también, que las medidas fueran acordes con el relleno. Quiero decir, muchos humanos tienen demasiada cabeza para lo poco que tienen dentro y lo poco que la usan. Ahora no quiero que escatiméis, ¡si hay que poner más materia gris o más cerebro adelante!, no quiero ahora un mundo de cabezas pequeñas acordes con la utilidad que le dan. No me malinterpretéis. Quiero el efecto contrario, quiero que la usen, que escudriñen todo y le den la vuelta y media, las veces que haga falta. Eso sí, no me gustaría que se usara para hacer el mal como hemos visto en muchos ejemplos de la historia. Por cierto, ya que he sacado el tema del cerebro, también pido que solo el cerebro tenga la capacidad de pensar, existen humanos que han delegado esa capacidad a otras partes de su cuerpo.

Me gustaría también que las cosas inútiles dejen de existir, sí, me refiero a que si las muelas del juicio no sirven que ni se esmeren en salir. Lo mismo podría decir de los pelos…que deberían darse por aludidos a la quincuagésima depilación.

Me gustaría que no se valorara tanto un trozo de carne, como pueden ser los pechos, y se valoraran más otras cosas, que por desgracia escasean, y que difícilmente se pueden obtener con una operación, como puede ser el cerebro.

En cuanto a mente:

Me gustaría que, tuviera bien organizada su cabeza y no se formaran agujeros negros donde acabara perdiéndose información importante.

Me gustaría que le enseñaras el arte de pensar, cómo hacerlo y que de esta manera pudiera pensar bien. Muchos le dan un mal uso y acaban pensando mal.

Me gustaría que no se aferrara tanto a las ideas y se dejase llevar, que la religión o la política no les influenciara tanto que los llevase a cometer injusticias.

Me gustaría, que al mentir cruelmente sobre algún tema (no me refiero a mentiras piadosas), en su cerebro se activara una glándula que le enviara una pequeña descarga, para así evitar que en un futuro lo siga haciendo. Está claro que cuando dejara de hacerlo, esa glándula seria un estorbo y acabaría desapareciendo como las muelas del juicio o los pelos.

Me gustaría que usara más la mente, quizá no en su totalidad pero si un tanto por ciento más alto.

Me gustaría que la mente también tuviera en cuenta las decisiones del corazón, y que no le pegara tan rápido la patada usando como arma la conciencia y los remordimientos.

En cuanto a alma:

Me gustaría que fuera más sensible con lo que le rodea, su entorno, la naturaleza y todo lo que vive en ella.

Me gustaría también que no desperdiciara ni un minuto de su existencia en cosas inútiles sino que disfrutara de todo aquello que tiene para luego cuando lo pierda no se arrepienta enormemente de lo capullo que ha sido.

Me gustaría que apreciara las cosas por su belleza y no solamente le busque la etiqueta del precio a todo lo existente.

Me gustaría que lo dotaras de imaginación, sueños, ilusión, ganas, creatividad, inspiración en cada segundo de sus vidas. Así, todo lo que hiciera tendría un mínimo de calidad y aunque salieran mal las cosas, se podría distinguir en cada movimiento, el pensamiento puro y bueno que habría llevado a su acción.

Me gustaría que fuera generalista, que no pudiera existir el egoísmo, ni el egocentrismo que lo delatan en cada una de las decisiones que toma.

Me gustaría que la simplicidad se apoderara de él y de todo su ser, que dejara las complicaciones y líos a un lado y de este modo, apaciguara el dolor que crean las confusiones.

Me gustaría que fuera más humilde, no consigo mismo proclamándose la mejor persona del mundo, sino con los demás, demostrándolo.

Bien, podría seguir pidiendo pero creo que de momento tenéis bastante faena, así que me dispongo a daros los motivos por lo que os pido semejante idiotez antes de que me tachéis de extravagante, lunática, demente y excéntrica.

Sé que es un trabajo duro y vosotros no sois los más adecuados para confiaros este capricho, pero me siento acorralada y es lo primero que se te ocurre cuando quieres pedir algo y a la vez, tu familia no deja de insistir continuamente en qué quieres que te regalen para este día tan esperado. Pues yo nunca sé qué contestarles que no sea nada, porque ellos solo pueden complacerme con cosas materiales y lo que yo quiero y busco va mucho más allá.

También me he dado cuenta que probablemente el ser humano que pido perdería el sentido de dicho término, perdería eso que hace que tropiece constantemente con la misma piedra, eso que hace que cometa errores, eso que lo hace humano. Y seguramente, se asemejaría a un monstruo de cinco ojos, catorce orejas, cabeza grande, boca pequeña, manos cortas, que camina a cuatro patas y actúa como un oso amoroso pero, una también sueña y se cansa de que todo vaya cada vez peor.

Necesito algo grande, que mueva al mundo y como sé que eso solo lo consigue el futbol y vosotros me he decantado por esta segunda opción. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón que en estas fiestas la gente se mueve por el espíritu, la ilusión y la esperanza y eso es justo lo que yo busco. No necesito gritos, rabia, peleas e insultos como los que caracterizan al futbol. Así que no os pongáis las manos en la cabeza cuando leáis mi carta, yo sé que no podéis cumplir semejante cosa, ni tan siquiera intentarlo, porque nadie puede. Nadie puede solo. Ha de ser un proyecto conjunto que desgarre lo más profundo de cada uno y así puedan averiguar que aún queda esa sensación y esas ganas de luchar por algo común.

No hay nada imposible pero si todo se pone en contra, cambiarlo cuesta una eternidad y yo no dispongo de tanto tiempo. Vosotros sois eternos e inmortales. Y tranquilos, que la cultura y la religión están tan arraigadas en este estado que será cosa difícil de eliminar, por tanto tenéis tiempo de sobras para complacerme. Sé también, que las cosas no cambian de un día para otro, pero este ser humano, este que está tan mal hecho, éste del que te hablo, también tiene muchas cosas buenas como son los deseos, la fe, la voluntad, la espontaneidad y más que nada la libertad, que apoderándose de mi han hecho que os hablara de esta utopía.

Atentamente,

Un ser humano cualquiera.

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