martes, 16 de octubre de 2012

Cuando se junta el hambre con las ganas de comer

Mi casa, mi coche, mi chaqueta, mis zapatos. Mío, mío, mío. Todo mío. No sé porque darle tanto énfasis en que las cosas son vuestras. De hecho creo que no lo son, las habéis robado, las hemos robado. No hay que dar tanta importancia a las cosas…Decimos mi casa, mi coche, mi “lo que sea”... ¿Por qué? ¿Por qué lo habéis comprado? De acuerdo. Lo habéis comprado con un dinero, que en teoría también es vuestro porque para eso habéis trabajado algunos, para ganarlo. Ese dinero que paga las cosas también es robado. Con ese dinero robado compras cosas robadas; tú pagas a una persona que lo vende, ésta persona compra a otras que lo distribuyen, éstas a su vez compran a otros que lo fabrican, los que lo fabrican compran las materias primas a alguien que las recolecta. Todas esas materias primas están extraídas a conciencia y sin descanso de la tierra, de lo que disponía ya el mundo cuando empezó. Me pregunto, esos primeros hombres que recolectan esas materias primas ¿qué les hace creer que son suyas? ¿Por estar en su territorio? De hecho… ¿es nuestro el territorio?...no…nosotros sólo somos huéspedes,…unos huéspedes con mucha cara. 
Así nos aprovechamos y así es como creemos que todo es nuestro, que todo nos pertenece, que podemos deshacer y hacer a nuestro antojo. Así es como se roban las cosas sin dar nada a cambio y no contentos con esos atracos a mano armada, se destroza todo lo posible para dejar a la naturaleza con una mano delante y otra detrás. Daros cuenta que nada os pertenece. Ese dinero que tan poco os dura en las manos tampoco os pertenece, también es robado. Cada vez que una persona se muestra egoísta me revienta por dentro, no te puedes apropiar de cosas que nunca serán tuyas y más si son conseguidas de esa forma tan ruin. Todos hemos robado y nos está bien empleado vivir así,  porque esta manera de funcionar, este sistema que hemos montado, es la peor cárcel que podríamos construir. 




El dinero con el que compras todas esas cosas hechas por nosotros mismos sin otro fin que nuestro propio beneficio egoista, tampoco te pertenece. Ese dinero antes eran metales, piedras preciosas, árboles, rocas, naturaleza. Hemos puesto también la naturaleza en nuestra contra, convirtiendo sus recursos en billetes o monedas que nos ahogan a final de mes o con el que puedes sentirte el rey. Nos hemos restado libertad y vida nosotros mismos. Nos gusta autodestruirnos y destruir todo lo que tocamos, nos encanta.
¿Qué hacéis vosotros por la naturaleza si no es joderlo todo?...No, no nos hemos ganado todas estas cosas fabricadas que nos rodean... ¡Manos arriba esto es un atraco!




No hay comentarios:

Publicar un comentario